Se le identifica con el estilo de la escuela borgoñona de Claus Sluter, especialmente por la escultura funeraria, con el recurso de los encapuchados fuertemente naturalistas, la fina talla y la búsqueda de la individualidad en los retratos.
En 1411 pasó a trabajar para el rey de Navarra Carlos III el Noble, quien lo habría conocido en un viaje que realizó en esas fechas a sus posesiones francesas de Evreux.
Sus obras más importantes son el monumento funerario del citado rey y su esposa Leonor de Castilla (1413-1419), y el del obispo Sancho Sánchez de Oteiza (después de 1420), ambos en la catedral de Pamplona, donde también se le atribuye la puerta norte del crucero o "de San José".
En esa misma colegiata realizó el sepulcro del canciller Francés de Villaespesa y su mujer, Isabel de Ujué.
Fue tallado en el palacio de Olite, y posteriormente todas las piezas, debidamente embaladas, se transportaron a la catedral de Pamplona, donde quedó instalada la sepultura en 1419, aún en vida del monarca.