Sancho Sánchez de Oteiza

Fue elegido por el cabildo en virtud del Concilio de Constanza, y durante su pontificado se preocupó más de la vida cortesana que de la labor en la diócesis.

Esta inclinación hacia lo cortesano se tradujo en sus buenas relaciones con Carlos II de Navarra y su hijo, Carlos III de Navarra.

En su testamento de 1418 fundó una capellanía en la catedral tudelana por el alma de Carlos III, del que decía ser su "criado y hechura", y creó dos mayorazgos para sus hijos naturales, Juana y Juan de Oteiza.

Dispuso que sería enterrado en el sepulcro que mandó construir en la seo de Tudela, cosa que no sucedió, puesto que a la muerte de Lancelot de Navarra (año 1420), hijo bastardo de Carlos III, este último hizo que los canónigos de la catedral pamplonesa le eligieran como nuevo obispo, sucediendo así en el cargo al propio Lancelot.

Concretamente a él debemos las obras de la parte sur, las capillas de Santa Catalina y San Juan Evangelista, donde mandó construirse un suntuoso mausoleo,[1]​ atribuido a Janin Lomme de Tournai.