Tras la boda, la pareja se trasladó a la catedral de Tarazona, donde Jaime fue ordenado caballero.Durante los quince primeros años de su reinado, mantuvo diversas luchas contra la nobleza aragonesa, que incluso llegó a hacerle prisionero en 1224.Este tratado marcó el triunfo de la monarquía sobre los levantiscos nobles, dándole la estabilidad necesaria para iniciar las campañas contra los musulmanes.En otra reunión en Lérida, los nobles aragoneses aceptaron las mismas condiciones, pero sugirieron al rey que la empresa se dirigiera contra los musulmanes de Valencia, por lo que su participación no sería significativa.Fue repoblada, aunque quedó una abundante población musulmana, que más tarde fue desterrada.Blasco de Alagón recomendó asediar las poblaciones en terreno llano y evitar las fortificadas.Sin embargo, lo primero que se tomó fueron dos enclaves montañosos: Morella, aprovechando Blasco la debilidad de su gobierno musulmán; y Ares, lugar cercano a Morella tomado por Jaime I para obligar a Blasco de Alagón a que le entregara Morella.En 1233 se planea la campaña en Alcañiz, que constaría de tres etapas: En esta última etapa y en los años siguientes, Jaime I tuvo que hacer frente a diversas revueltas de la población mudéjar, encabezadas por el caudillo al-Azraq.Mediante el Tratado de Corbeil (1258) Jaime renunció a sus derechos sobre territorios del mediodía francés.Ante las indecisiones de los demás asistentes a la asamblea canónica, Jaime I se despidió del Santo Padre (el Papa Gregorio X) y abandonó la reunión con los miembros de su séquito.Castilla había sometido Murcia a vasallaje (1243), pero los murcianos se rebelaron contra Castilla con el apoyo del Reino nazarí de Granada y los gobernantes del Norte de África (1264).La reina Violante (esposa de Alfonso X el Sabio) pidió ayuda a su padre Jaime I.[9] Jaime I probablemente no sabía leer ni escribir[10][11], pero encargó a un funcionario real su biografía, el Llibre dels feits, que se convirtió en la primera de las cuatro grandes crónicas reales en catalán.Dos años después, un nuevo testamento introduce a su tercer hijo en el reparto.Sin embargo, con Berenguela Alfonso, hija del infante Alfonso de Molina, no tuvo descendencia, al igual que tampoco la tuvo con Sibila de Saga.Los Usatges de Barcelona, gracias a la protección real, se extendieron por todos los condados catalanes (mediados del siglo XIII).La situación en Valencia fue diferente, puesto que la oposición de la nobleza aragonesa a la consolidación del reino hizo que los fueros valencianos (Foris et consuetudines Valentiae), otorgados por Jaime I en 1240 no triunfaran definitivamente hasta 1329.En 1244, Jaime I establece que el río Cinca sería la divisoria entre Aragón y los condados catalanes.Para los historiadores aragoneses las conclusiones suelen ser negativas, aduciendo el carácter patrimonial que dio a sus reinos, sin importarle repartir sus dominios entre sus hijos.La expansión territorial también es enjuiciada negativamente, puesto que con la conquista y creación de los reinos de Mallorca y Valencia, la Corona se convirtió definitivamente en una entidad de carácter confederal, con la monarquía como única institución común y sin ninguna aspiración común entre los diversos reinos.