En el último año encabezó una protesta reclamando mejoras en la enseñanza y la abolición de los castigos corporales.
Integró la Cruz Roja mendocina y ocupó cargos directivos en varios hospitales provinciales, continuando el ejercicio de su profesión hasta su muerte.
En ejercicio de ese mandato, en 1890 fue nombrado ministro de Hacienda y Gobierno en el gobierno colegiado y ese mismo año le tocó asumir como gobernador interino en momentos en que la provincia atravesaba una difícil situación.
El 14 de octubre de 1898 Civit renunció a la gobernación para sumarse al gabinete del presidente Julio Argentino Roca y Álvarez asumió la gobernación interina que desempeñó durante la mayor parte del período «realizando una administración prudente y honesta».
Con un tesoro agotado aplicó inicialmente ajustes en los gastos públicos y creó nuevos impuestos.
Al dejar el puesto fue elegido senador nacional y finalizado su mandato se retiró de la política.