Motivado por la excelente calidad de tierra roja, abundante en la región, los primeros habitantes se establecieron con sus familias.
Con la llegada del ferrocarril en 1887, el flujo de la producción se vio facilitada y las exportaciones aumentaron considerablemente.
Durante la primera mitad del siglo XX Jaú se convierte en el principal núcleo económico de una extensa región.
[1] En la ciudad están presentes las más diversas creencias evangélicas, principalmente pentecostales, incluidas las Asambleas de Dios de Brasil (la iglesia evangélica más grande del país),[2][3] Congregación Cristiana,[4] entre otras.
Su estadio es el "Zezinho Magalhães" (Jauzão), con capacidad para albergar cómodamente a 12 mil espectadores.