Este programa de italianización pretendía absorber las minorías lingüísticas y dialectales en Italia.
Por otro lado, los nombres presuntamente italianos que según el nacionalismo italiano fueron germanizados o eslavizados bajo el Imperio austríaco (ya que la germanizados o eslavizados fue solamente una medida administrativa hecha después de la tercera guerra de independencia italiana y nunca actuada, que se refiere solamente el área burocrático-administrativa[1][2][3]) fueron «restaurados» a su supuesta forma original.
Las violencias italianas empezaron poco después de la Primera Guerra Mundial en todo el litoral austríaco, como testimoniado por el incendio del Narodni dom en Trieste.
[10] La administración italiana además estimuló el movimiento de población eslava a Italia meridional (Apulia, Calabria) y las colonias en África Oriental.
Mientras, se trajeron italianos de esas regiones del sur para poblar Dalmacia e Istria.
Aunque las islas eran mayoritariamente de población griega con una pequeña comunidad turca y una todavía menor ladina (judía) con muy pocos hablantes italianos, los colegios fueron obligados a dar clase en italiano y se discriminó a la Iglesia ortodoxa, mayoritaria expresión religiosa de las islas.
Estas medidas pretendían causar un éxodo de griegos al continente para ser sustituidos por una cierta inmigración italiana.
En 1939 Hitler y Mussolini alcanzaron un acuerdo sobre el estatus de la población germana que vivía en Trentino-Alto Adigio, en la Provincia de Bolzano: podían emigrar a la Alemania Nazi o a los territorios colonizados por esta en Europa del Este como Crimea o permanecer en Italia y aceptar su completa italianización.
Por el estallido de la Segunda Guerra Mundial el acuerdo nunca se llegó a aplicar completamente.