Inició su carrera poética en El Instituto, una hoja literaria creada por una asociación de jóvenes amantes a las letras.
En abril de 1893, Isaías decide viajar a El Salvador , y allí se reúne con su hermano Francisco Antonio Gamboa.
Fue corresponsal de El Aviso, una publicación salvadoreña en la cual había colaborado mientras vivió en ese país.
Su espíritu liberal lo llevó a alistarse en las filas como soldado y conseguir el grado de Coronel.
Allí nuevamente se vinculó al magisterio, que alternó con la realización de obras literarias.
Isaías fue sepultado en el cementerio de Baquijano del Callao, en una sencilla ceremonia a la cual asistieron solo cinco personas.
Tras 10 años de espera, en 1914, los despojos del poeta fueron recibidos en su ciudad natal con un merecido tributo.
Años más tarde estos restos fueron removidos debido a una remodelación en la capilla, sin conocer su paradero final.
Sus poemas aparecen en libros de texto en El Salvador y en Chile, como poeta colombiano.