Hasta la llegada de la influencia de la Ilustración, aquellas personas con creencia no-teístas eran vistas como inmorales o amorales y profesar ateísmo era un crimen punible.
El académico Étienne Dolet fue estrangulado y quemado en la hoguera en 1546 por ateo; en 1766, el noble Jean-François de la Barre, fue torturado, decapitado y su cuerpo incinerado por vandalismo hacia un crucifijo, un caso famoso ya que Voltaire trató, sin éxito, de revertir la sentencia.
La Revolución francesa marcó un punto de inicio en el ascenso del ateísmo como posición predominante desde un punto de vista cognitivo y cultural contra la supremacía del cristianismo católico, de una larga y fuerte relación con el Antiguo Régimen .
[4] Según un estudio publicado en 2013 por el CSA, los sin religión pueden ser mayoría en Francia en un plazo de 20 a 30 años.
[5] Un estudio de Pew Forum realizado en 2015 confirma esta tendencia: las personas sin religión serían más numerosas que las cristianas para el año 2050.