Estas armas serían empleadas por el FPMR en acciones armadas contra la dictadura militar de Augusto Pinochet.
El armamento era en gran mayoría armas estadounidenses (fusiles M16 mayormente) obtenidas por Cuba en Vietnam, a las que se les sumó otra partida recolectada por los países socialistas, las que fueron acopiadas en La Habana y luego trasladadas hasta Nicaragua, desde donde el barco cubano Río Najasa las transportó hasta las costas chilenas.
La segunda etapa consistía en el traslado de las armas hacia Santiago, trayecto en el cual los vehículos frentistas debían sortear numerosos controles carreteros.
Otra cantidad de armas fueron llevadas directamente a barretines acondicionados en localidades cercanas, como Huasco.
Luego la Chompalhue fue trasladada a Bahía Inglesa, donde su cubierta y bodegas fueron lavadas para borrar todo rastro de lo transportado.
Sorteando el temporal y los peligros, la Astrid Sue llegó a Caleta Corrales al atardecer del 26 de julio.
[1] Ese día cuatro agentes de la CNI fueron a investigar y se encontraron con 4 frentistas quienes dormitaban.
[2] Se estima que el armamento incautado correspondería aproximadamente a la mitad del ingresado.
[3] Del resto aún no se conoce su paradero, aunque algunos estiman que una parte fue enviada a las FARC varios años después.
Ello le habría costado una dura reprimenda de Fidel Castro cuando vino el descalabro.
A este respecto, en algunos medios de comunicación se suele hacer notar la frase pronunciada por el exdirigente comunista Luis Corvalán, quien al ser consultado por las armas del PC afirmó que habían sido resguardadas "por si las moscas".