El científico Richard Caton en 1875 usó un galvanómetro para observar impulsos eléctricos en la superficie del cerebro vivo de algunos animales.
A partir del 2016, la comunidad científica se encuentra expectante frente a la empresa de neurotecnología Neuralink, fundada por el excéntrico multimillonario Elon Musk, debido a que ha venido desarrollando tecnología revolucionaria que permite comunicación bidireccional de precisión entre dispositivos externos y el cerebro, cuyas implicaciones éticas siguen siendo una cuestión importante en el mundo científico.
[2] Las interfaces cerebro-ordenador miden la actividad de las neuronas para obtener la señal que luego se procesará.
[3] Se diferencian cuatro bloques principales: La señal obtenida es de naturaleza limitada, da instrucciones del tipo «sí/no» o «mueve arriba/abajo» adecuadas al dispositivo.
[4][6][7][8] Así lo ha demostrado Neuralink, que transmitió un video en vivo donde mostraba a una persona paralizada jugando ajedrez en una laptop.
Una segunda aplicación en este ámbito es el del movimiento de un avatar en un entorno virtual donde las señales cerebrales pueden decidir si el avatar avanza o retrocede, gira a la derecha o a la izquierda, entre otras órdenes básicas como en el caso de Second Life.