Hans Berger

Investigó la influencia de los latidos del corazón, la respiración, las funciones vasomotoras y la posición de la cabeza y el cuerpo sobre las pulsaciones cerebrales.

Más tarde, Berger intentó descubrir una correlación entre la temperatura del cerebro y los procesos psíquicos.

Ya en 1902 había tomado mediciones de la actividad eléctrica a través de trépanos con el electrómetro capilar Lippmann y luego con el galvanómetro Edelmann.

Sin embargo, en 1910, Berger mencionó en su diario que los resultados de estas mediciones no fueron satisfactorios.

A partir de 1925, Berger modificó su metodología y se especializó en registrar las fluctuaciones espontáneas en el potencial eléctrico.