De hecho, su muerte fue utilizada como una excusa para los disturbios que tuvieron lugar días previos a la rebelión.
Había importantes problemas económicos, especialmente graves en el período de 1827 a 1832.
Los barrios pobres fueron particularmente afectados por la enfermedad, y se despertó la sospecha de que los pozos del gobierno habían sido envenenados.
Durante los mismos, una parte de la Guardia Nacional desertó, fraternizando con los insurgentes.
Esa misma noche, tropas al mando del mariscal Georges Mouton salieron desde las afueras de la capital y repelieron a los insurgentes en el centro histórico de París.
[5] Los líderes revolucionarios, como La Fayette, ante el fracaso del movimiento, huyeron, siendo detenidos varios de ellos.
Victor Hugo denunció a los «escamoteadores políticos, que hacen desparecer el artículo 14[6] y que se reservan la aplicación del estado de sitio escondido!» [7] Los caricaturistas se embalan.