En IES masificados puede haber además uno o varios jefes de estudios adjuntos, y en ocasiones otros cargos, como el vicedirector (en desuso).Los ministros de Educación Nacional del primer franquismo Pedro Sáinz Rodríguez, José Ibáñez Martín y Joaquín Ruiz-Giménez diseñaron otros planes.Posteriormente, los alumnos realizan la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad).[12] Sus profesores, que deben previamente ser doctores, licenciados, ingenieros o arquitectos, o con título de grado equivalente, deben realizar un máster en Educación específico, que los prepara para las funciones docentes.Era habitual que los docentes complementaran sus ingresos con actividades externas, y durante algún tiempo existía un complemento de dedicación exclusiva para los que no optaban por hacerlo así.[13] Desde los años setenta se fue contratando una gran cantidad de profesores interinos.[14] La privilegiada posición de los institutos, que en la mayor parte de las provincias eran la máxima institución cultural existente, produjo que muchos de sus profesores alcanzaran notoriedad en el mundo intelectual español entre mediados del siglo XIX y mediados del siglo XX.Entre los más ilustres profesores de instituto pueden citarse a (Se ordenan por fecha de nacimiento ): Nicolás Salmerón (Biología, Ética e Historia, político), Manuel Galdo (Historia Natural, político, su manual para el Cardenal Cisneros de Madrid -el primero que no se traduce del francés- se fue actualizando desde 1855 hasta 1894),[18] José Muro y López Salgado (Historia, político), Antonio López Muñoz (Filosofía, político), Julián Besteiro (Filosofía, político), Antonio Machado (Francés, poeta -que no obstante, vivió su puesto en Baeza como un destierro del que hizo todo lo posible por salir-), Celso Arévalo (Historia Natural, limnólogo),[19] Gerardo Diego (Lengua Española, poeta), Rafael de Penagos (Dibujo, ilustrador), Mariano Quintanilla y Romero (Filosofía, político y escritor), María Zambrano (Filosofía, filósofa), Matilde Moliner (Geografía e Historia),[20] Ramón Martínez-López (Lengua Española, político), Gonzalo Torrente Ballester (Lengua Española, novelista), Antonio Domínguez Ortiz (Geografía e Historia, historiador), Valentín García Yebra (Griego, académico), Manuel Fernández-Galiano (Griego),[21] José Manuel Blecua Teijeiro (Lengua y Literatura, filólogo -padre de un presidente de la RAE-), Francisco Rodríguez Adrados (Griego, académico), Emilio Alarcos (Lengua y Literatura, académico), Gustavo Bueno (Filosofía, filósofo), Agustín García Calvo (Griego), Emilio Lledó (Filosofía, académico), etc.[22] En la polémica sobre el evolucionismo que se produjo desde 1875, destacó el protagonismo de los catedráticos de instituto de Ciencias Naturales (Rafael García y Álvarez, de Granada, y Máximo Fuerte Acevedo, de Badajoz), que en algunos casos fueron privados de sus cátedras (un reglamento ministerial negaba la libertad de cátedra en cuestiones que se entendieran opuestas a la fe católica).La generalización de la coeducación, desde los años setenta y ochenta del siglo XX, los ha convertido a todos en mixtos.Entre ellos estuvieron los actualmente denominados Balmes (Barcelona), Lluís Vives[46] (Valencia), San Isidoro (Sevilla, fundado con el nombre de "Instituto Provincial de Segunda Enseñanza"),[47] Goya (Zaragoza),[48] Zorrilla (Valladolid),[49] Vicente Espinel (antes denominado "Gaona" -Málaga-),[50] Jaume Vicens Vives (Gerona, fundado con el nombre de "Instituto Provincial Gerundense"),[51] Vega del Turia (antes Ibáñez Martín, Teruel -se recoge que había funcionado como centro educativo a finales del siglo XVIII-),[40] Claudio Moyano (Zamora),[52] Jorge Manrique (Palencia),[53] Bárbara de Braganza(Badajoz),[54] Jorge Juan (Alicante),[40] Padre Isla (León),[55] o Nicolás Salmerón(Almería); etc.La animadversión de Machado al edificio, que le recordaba a los antiguos ocupantes, se extendía al propio nombre (consideraba innecesario vincularse con actividades alusivas al dramaturgo, aduciendo una cita de este mismo: "Que el traidor no es menester siendo la traición pasada"); y en cuanto pudo, solicitó el traslado al Cervantes de Madrid (la II República había redenominado con ese nombre el antiguo instituto femenino "Infanta Beatriz", que pasó a ser mixto).
IES Santísima Trinidad de Baeza, en el edificio de la antigua Universidad.
IES Cardenal López Mendoza de Burgos, en el edificio del Colegio de San Nicolás.