En vísperas de la segunda mitad del siglo XIX, Ucrania había perdido su independencia, recuperándola nuevamente en la última década del siglo XX, por ello, los ucranianos que emigraban en esa época de su país lo hacían provistos de pasaportes austro-húngaros, rusos o polacos y su nacionalidad fue confundida con la ciudadanía que figuraba en los pasaportes.
La cantidad de inmigrantes y sus descendientes residentes en Argentina se estima en 305.000 habitantes aproximadamente.
[12][13] Cuando los inmigrantes llegaron al país, el gobierno argentino los envió a la Provincia de Misiones, donde se establecieron en Apóstoles.
[5] El mayor número de ucranianos emigró a Argentina durante el período entre las dos guerras mundiales.
También incluyó a personas con más formación y con una orientación política que habían participado en la lucha por la independencia de Ucrania.
[14] Se estima que unos 3.000 ucranianos con estudios superiores, muchos pertenecientes a la tercera ola, dejaron Argentina para dirigirse hacia Estados Unidos y Canadá en la década de 1950 debido a mayores oportunidades económicas.
Estas pérdidas demográficas fueron compensadas por un pequeño número de ucranianos que se desplazan hacia el país desde Paraguay y Uruguay.
[5] Tras la caída de la Unión Soviética, desde 1990 aproximadamente 4.000 ucranianos se han trasladado a Argentina desde Ucrania.
En respuesta, muchos de ellos se convirtieron en la ortodoxia oriental, cuyos rituales son prácticamente idénticos a los del catolicismo ucraniano.
La primera iglesia católica ucraniana en la región de Buenos Aires fue construida en 1940, mientras que en la ciudad se llevó a cabo recién en 1948.