Injerto

El injerto se emplea sobre todo para propagar vegetales leñosos de uso comercial, sean frutales u ornamentales.

Está documentado en China desde comienzos del I milenio a. C., y en Occidente ya la Grecia clásica lo conocía.

Aristóteles describe con bastante detalle las técnicas empleadas en su época, y los escritores agrícolas romanos las documentan asimismo.

Del mismo modo, los injertos pueden utilizarse para cultivar variedades con requerimientos relativamente estrictos en materia de nutrición sobre pies más rústicos.

En ningún momento las células se mezclan; los tejidos por encima y debajo del punto de injerto permanecen por completo diferentes.

La unión viene dada por la formación de un callo parenquimático a raíz del corte.

Algunas de las células del callo se transforman, en condiciones adecuadas, en meristema cambial que puede volver a producir tejido vascular, estableciendo así la comunicación simplástica entre ambas partes.

La temperatura y humedad del injerto debe mantenerse controlada para favorecer esta unión.

En la primera fase del proceso de injerto, las células puestas en contacto reaccionan ante el tejido extraño.

Cuando brotan las yemas injertadas, se corta la parte superior del patrón para permitirles ser la rama dominante.

Injerto de olivo .
Injerto de manzano .
Injerto de hendidura.
Pasos de la realización de un injerto de hendidura simple.
Pasos de la realización de un injerto de yema.