De acuerdo a dicho convenio, estas indicaciones tendrán la misma protección que una marca comercial.
[3] Los gobiernos han protegido los nombres comerciales y las marcas registradas utilizadas en relación con los productos alimentarios identificados con una región en particular por lo menos desde finales del siglo XIX, con el uso de leyes contra descripciones comerciales falsas o imitación fraudulenta, que generalmente protegen contra las sugerencias de que un producto tiene una cierta origen, calidad o asociación cuando no lo hace.
Los productos que cumplan las normas de origen y calidad geográficas pueden estampar un sello emitido por el gobierno que actúa como la certificación oficial del origen y las normas del producto al consumidor.
Además, se controla el origen, la raza, la producción, la alimentación, la sanidad, el transporte, el sacrificio y la distribución a los establecimientos para la venta al público.
Asimismo, su presentación debe ser completa sin anomalías congénitas u otras deformaciones, sin tintes ictéricos (amarillos) y con un sangrado correcto.