Incidente del equinoccio de otoño

Se considera que esta decisión evitó un ataque nuclear de represalia contra Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, lo que probablemente habría resultado en una escalada a una guerra nuclear a gran escala.

El incidente se produjo en un momento de graves tensiones en las relaciones entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.

[1]​ También habían iniciado los preparativos para las gigantescas maniobras militares Able Archer 83, que simulaban un ataque a la Unión Soviética.

[2]​[3]​ Bruce Blair, experto en estrategias nucleares de la Guerra Fría y expresidente del Instituto de Seguridad Mundial en Washington D. C., dice que la relación entre Estados Unidos y la Unión Soviética en ese momento «se había deteriorado hasta el punto de que la Unión Soviética como sistema —no solo el Kremlin, no solo el líder soviético Yuri Andropov, no solo la KGB— sino como sistema, se orientó a esperar un ataque y como consecuencia, tomar represalias muy rápidamente.

La falsa alarma que ocurrió durante la supervisión de Petrov, no pudo haber llegado en una etapa más peligrosa e intensa en las relaciones entre EE.UU y la Unión Soviética».

[4]​ En una entrevista transmitida en la televisión estadounidense, Blair dijo que «Los rusos [soviéticos] veían en los Estados Unidos, a un gobierno preparado para ordenar un primer ataque, dado que este, estaba encabezado por un Presidente [ Ronald Reagan ], a quien lo percibían como capaz de ordenar ese primer ataque».

Además, la fiabilidad del sistema de satélites había sido cuestionada en el pasado.

Más tarde, los equipos identificaron cuatro misiles adicionales en el aire, todos dirigidos hacia la Unión Soviética.

Cuando le preguntaron por qué no había dado la alerta, contestó simplemente: Petrov se sometió a un intenso interrogatorio por sus superiores acerca de sus acciones.

Supuestamente cinco misiles LGM-30 Minuteman habían sido lanzados desde Estados Unidos hacia la Unión Soviética en plena Guerra Fría .