Guerra psicológica

[3]​[4]​ Los objetivos pueden ser gobiernos, organizaciones, grupos e individuos, y no solamente soldados.

Alejandro Magno dejó a algunos de sus nombres en cada ciudad conquistada para que implementasen la cultura griega y acabaran con las opiniones disidentes.

[10]​ Genghis Khan, jefe del Imperio mongol en el siglo XIII, empleó técnicas menos sutiles.

Si tenían que luchar para tomar el asentamiento, los generales mongoles cumplían sus amenazas y masacraban a los supervivientes.

Durante las operaciones nocturnas ordenaba a cada soldado encender tres antorchas hasta el amanecer para generar la ilusión de un ejército gigantesco y así engañar e intimidar a los exploradores enemigos.

Sus soldados también usaban unas flechas especiales que silbaban mientras volaban por el aire, para atemorizar al enemigo con aquel ruido.

[13]​ Los británicos tenían un servicio diplomático que mantenía buenas relaciones con muchas naciones del mundo, a diferencia de Alemania.

Un ilustrador holandés, Louis Raemaekers, proporcionó los dibujos altamente emocionales que aparecieron en el panfleto.

Incluso el general Hindenburg admitió que «sin sospechar nada, muchos miles consumieron el veneno», y los prisioneros de guerra admitieron que se sentían desilusionados cuando los panfletos propagandísticos les presentaban como carne de cañón.

Los franceses solían distribuir solamente panfletos con ilustraciones, aunque los Catorce Puntos del presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson, que había sido muy modificado por los periódicos alemanes, fue distribuido íntegro por el Servicio de Propaganda Aérea francés.

[17]​ Las Potencias Centrales usaron poco estas técnicas; no obstante, al comienzo de la guerra los alemanes lograron que el sultán del Imperio otomano a declarase la guerra santa contra la Triple Entente.

También intentaron fomentar la rebelión contra el Imperio británico en lugares como Irlanda, Afganistán y la India.

Esto provocó luego la Revolución Bolchevique, que sacó a Rusia de la guerra.

[18]​ Adolf Hitler estuvo muy influenciado por las tácticas psicológicas de guerra que los británicos habían empleado durante la Primera Guerra Mundial y atribuyó la derrota de Alemania a los efectos que esta propaganda tuvo en los soldados.

Hitler también combinó esto con las proyecciones resonantes de sus oraciones para lograr efecto.

Mediante el uso de potentes transmisores, se podían realizar transmisiones en toda Europa.

[20]​ Durante el período previo a la invasión aliada de Normandía, se idearon muchas tácticas nuevas en la guerra psicológica.

Se llevaron a cabo engaños navales elaborados (Operaciones Glimmer, Taxable y Big Drum) en el Canal de la Mancha.

La Operación fue un éxito estratégico y el desembarco de Normandía tomó por sorpresa a las defensas alemanas.

Sin embargo, el gobierno cubano ha logrado bloquear la señal de TV Martí.

Daniel Lerner estuvo en la OSS (el predecesor de la CIA estadounidense) y en su libro intenta analizar qué tan efectivas fueron las diversas estrategias.

Lerner también divide las operaciones de guerra psicológica en 3 categorías:[32]​ Lerner dice que las operaciones grises y negras en última instancia tienen un alto costo, ya que la población objetivo tarde o temprano las reconoce como propaganda y desacredita a la fuente.

Mosaico de Alejandro Magno en su campaña contra el Imperio persa.
Lord Bryce envió una comisión en 1915 para documentar las atrocidades cometidas contra civiles belgas .
Un tanque Sherman ficticio, usado para engañar a los alemanes