Ignacio Calvo

Estudió en Guadalajara capital y luego pasó al Seminario Conciliar de Toledo; allí, como penitencia por una irreverente travesura, cometida por carecer de dinero para comprarse un Cristo que se pedía tener, inició su famosa traducción parcial del Quijote al latín macarrónico; se ordenó sacerdote en 1888 y fue párroco de Alhóndiga.

Viajó a Roma con unos obreros peregrinos y publicó Abeja de la Alcarria en la Cúpula del Vaticano.

Fue luego arcipreste de Herrera del Duque y ganó por oposición una plaza del Cuerpo facultativo de Archiveros y Bibliotecarios.

En 1905, fecha del tricentenario de la primera parte del Quijote, imprimó una traducción de los primeros capítulos de esta obra al latín macarrónico, cuya segunda edición lleva el título de Historia Dómini Quijoti Manchegui Traducta Per Ignatium Calvum (Curam Misae Et Ollae) Cum Prologo Manoli L. Anaya (Editio Nova, Castigata Et Alargata, Matriti: Tip.

En 1912 inicia diversas excavaciones arqueológicas, bien como delegado director o como inspector, en Termancia, Osma y Clunia (Burgos), el cerro de Santa Tecla en Pontevedra y las cuevas y Collado de los Jardines en Santa Elena (Jaén).