Iglesia martirial de Marialba de la Ribera

[1]​ Encuadrado en un conjunto más amplio, aún poco conocido y que bien pudiera ser una villa o palatium de una autoridad militar, civil o religiosa, el edificio principal se construyó en el siglo IV, presenta planta rectangular con cabecera ultrasemicircular y tendría el carácter de aula principal del complejo.

Entre los siglos V y VII se adaptó como mausoleo-martyrium mediante la construcción de una cabecera inscrita en la semicircular inicial, donde se colocaron trece tumbas, y de un pórtico a los pies, también con tumbas.

Posteriormente, la construcción de un baptisterio convirtió el martyrium es una iglesia parroquial que perduró con fines funerarios hasta época altomedieval.

Esto llamó la atención de estudiosos como Inocencio Redondo, que realizó el primer dibujo de las ruinas en 1890, y Manuel Gómez-Moreno, que en su Catálogo Monumental lo relacionó con las iglesias paleocristianas conocidas hasta ese momento.

Los resultados mostraron que el complejo se componía de un gran edificio y varias estructuras anexas.

A un primer momento —finales del siglo IV— correspondería la sala rectangular con cabecera ultrasemicircular, mientras que en una segunda fase —primera mitad del siglo V— se introdujeron en las esquinas de la nave unas pilastras que soportarían los empujes de una bóveda o una cúpula y se añadieron tres nichos u hornacinas en la cabecera, en cuyo suelo se ubicaron trece cámaras de enterramiento.

Todo ello permitió interpretar el lugar «no como una simple basílica sino más bien como una solemne iglesia martirial.

Por último, el lugar sería utilizado en la Alta Edad Media como cementerio, cuyos enterramientos destruyeron gran parte de los suelos y muros.

[14]​ El acceso principal se localiza en la fachada norte y presenta 3,70 m de ancho.

Una primera reforma implicó la construcción de una cabecera trilobulada inscrita en la inicial ultrasemicircular, realizada con un opus caementicium diferente al del edificio inicial, a la que se accedía mediante tres escalones.

Inicialmente fue denominado nártex por Hauschild, pero parece ser un pórtico funerario para alojar nuevas tumbas.

[18]​ En época visigoda, siglos VI-VII, se construyó un conjunto bautismal en la zona noroeste, formado por varias estancias conectadas.

Frente a las anteriores tumbas de ladrillo, estas son fosas ovaladas excavadas en el suelo tardorromano o en el terreno natural.

[20]​ En un momento final de ese periodo, algunas junto al baptisterio varían su orientación a suroeste-noreste y apenas se registran ofrendas.

En un momento posterior (650-730) se extienden hacia el norte y noreste, alineados en varios grupos de tumbas; mantienen mismas costumbres funerarias pero prácticamente desaparecen las ofrendas, tan solo algún anillo y cuchillos.

En esos momentos es cuando se documenta el lugar, en textos del siglo X, como torre de Sancta Maria Alua.

[22]​ No se puede determinar si todo ello formaba parte de una villa tardorromana, de la cual el edificio principal sería el aula, salón u oecus, o si era un palatium suburbano, perteneciente a alguna autoridad militar, gubernamental o religiosa.

Vista desde la cabecera
Detalle de la cabecera
Maqueta del edificio en el Museo de León