[3] Vicente Lampérez hace referencias novelescas al templo como lugar donde Alfonso VIII habría oído «la tremenda profecía del castigo que le amagaba por sus amores con la judía Raquel».
[5] Más moderna es la destrucción del ábside central y la desfiguración exterior de los laterales, que perdieron las arquerías ciegas características.
A la estructura le sobraría, según Lampérez, la terminación que en el siglo XVII le pusieron, compuesta de un cornisón, una flecha del estilo Felipe IV (típicas de la época, en Madrid y Toledo) y cuatro pináculos.
[11] Está compuesta solo por ladrillo, con forma cuadrangular, de alminar mahometano, con cuerpo central macizo y una escalera entre ambos.
Tras la reforma en los siglos XVI, XVII y XVIII quedó convertida en una obra gótica, de lo que en un principio fue románico mudéjar.
La remodelación se ha llevado a cabo para corregir humedades, grietas, deformaciones o abombamientos, y también ha servido para recuperar elementos originales de la iglesia.