[6] Su ubicación, cercana a la Puerta de Bisagra Vieja y en un antiguo barrio musulmán, apunta a que la iglesia debió construirse en el lugar de un primigenio templo, quizá una mezquita.
[7] De su localización también proviene el nombre, al encontrarse en el pasado a las entonces afueras de la antigua ciudad, en los arrabales.
Los arcos de las naves son góticos, igual que la bóveda del crucero.
[5] En el siglo XX se realizaron diversas restauraciones y obras de reurbanización en el entorno, lo que desembarazó el templo de construcciones anejas y quedó exenta e independiente de la Puerta de Bisagra, a la que estaba unida.
[5] San Vicente Ferrer predicó en este templo,[3] llevando a sus fieles a cristianizar forzosamente la sinagoga en 1405, posteriormente convertida en iglesia con el nombre de Santa María la Blanca.