Aunque ha existido cierto debate en lo referente a su origen y antigüedad, si fue primero árabe o mudéjar.
[2] los trabajos arqueológicos han dado la respuesta oportuna: la excavación efectuada en 1999,[3] con motivo del proyecto de restauración de las murallas de Toledo, documentó que la estructura renacentista estaba levantada sobre un antiguo acceso en codo, hoy apreciable en el pequeño patio anejo al patio principal llamado "patio del encuentro".
Los potentes cimientos y la estructura en codo subrayan el carácter monumental de la estructura, que fue amortizada -quizás durante la conquista de la ciudad- y sellada.
El aparejo a soga y tizón de esta estructura es elocuente, en este sentido.
El cuerpo que da a la ciudad tiene otra puerta de arco de medio punto, flanqueada por dos torreones cuadrados rematados por tejados piramidales.