Iglesia de Santa Isabel de Portugal (Zaragoza)

Asimismo fue infanta de Aragón por haber sido hija del rey Pedro III el Grande.

Los ricos trabajos de labra en alabastro que adornan la fachada se debieron a los maestros ensambladores Jaime Ayer y Francisco Pérez Artigas.

En ese tiempo se habían remozado varias iglesias, de las que destacaba La Seo, con su magnífico campanario barroco.

El Cabildo hizo la solicitud y Lorenzo Onofre Colonna, virrey de Aragón, aprobó la construcción del templo.

Originalmente, los cayetanos —nombre con el que eran conocidos los teatinos— deseaban ese terreno para un convento de su orden, pero la idea de los clérigos del Cabildo les convenció y aceptaron cederlo para iniciar la edificación ese mismo año.

Desde entonces, el edificio acoge conciertos, exposiciones y otros acontecimientos culturales además de algunos actos religiosos.

Los constructores encargados de llevar a buen término esta empresa fueron Jaime Ayer y Francisco Pérez Artigas.

Las dos sencillas torres de ladrillo coronan una estructura bastante recargada, como era tradición en el barroco español.

El techo ha sido elaborado en oro, formado por una cúpula central y otras cuatro de carácter menor.

De la época en que fue labrado el retablo central data un cuadro alusivo a San Jorge alanceando al dragón.

Retablo mayor de la iglesia de Santa Isabel de Portugal.
Detalle de la hornacina de Santa Isabel. Arriba, el escudo de Aragón.
Estatua de San Andrés Avelino.