El cuerpo inferior, de planta cuadrada, se resalta con placas rectangulares y una cartela rematada en frontón partido por un óculo.
En 1787 se incorpora un reloj en su frente rodeado por dos figuras del escultor Joaquín Arali Solanas que representan el Tiempo y la Vigilancia.
En los ángulos aparecen esculturas de las Virtudes cardinales, que fueron añadidas un siglo después, en 1786, por Joaquín Arali Solanas.
Remata la torre con el airoso chapitel bulboso de entrante a su mitad, coronado por una fina aguja.
Todo ello determina una torre campanario esbelta y elegante, debido al juego de líneas onduladas que se incrementa desde un sólido paramento inferior cuadrado hasta los gráciles remates curvilíneos y sinuosos.