Un oratorio es un centro creado como lugar de encuentro para dialogar, oír música, practicar la lectura y comentar.A mediados del siglo XVI —entre 1554-1558— y por iniciativa de Felipe Neri se fundó en Roma la Congregación del Oratorio —Congregazione dell’Oratorio— compuesta por presbíteros seculares que sin pertenecer a ninguna orden religiosa vivían en comunidad.[1] A mediados del siglo XVII surgió en Valladolid la necesidad de fundar una congregación para reunir el clero secular que no pertenecía ni al cabildo catedralicio ni a ninguna orden religiosa.Tuvieron en primer lugar un posible mecenas en la persona de Juan Larrumbe pero las pretensiones que exigía a cambio fueron aumentando excesivamente y las negociaciones terminaron sin éxito.[5] La Congregación sigue existiendo en el siglo XXI así como su iglesia del siglo XVIII y algunas dependencias adjuntas pese a que se vieron mermadas por causa del trazado de nuevas calles en su entorno.En los laterales se elevan otros dos cuerpos que rematan en torrecilla con huecos para las campanas; el acabado son frontones adornados también con bolas.[7] La planta es rectangular con una nave central y a los lados capillas entre contrafuertes que se comunican unas con otras.[7] Las dependencias sacerdotales quedaron disminuidas a partir de la apertura de la calle Regalado, especialmente el claustro o patio cuyos restos arqueológicos se descubrieron y rehabilitaron en los últimos años del siglo XX.Villota contrató como ayudante a los tallistas José Barroso de Ribera y Alonso Carnicero.
Fachada oeste de la iglesia de Santiago donde la Congregación tuvo sus primeras reuniones.
Calvario del retablo mayor, escultura de Juan de Ávila