Esa «antiafición», definida así por él, derivó en pasión por lo hispano.
[1] Estudió en la Universidad de Sevilla y en el King´s College, donde se licenció en 1957.
Después fue catedrático emérito Rey Alfonso XIII y socio del Exeter College en la Universidad de Oxford.
También publicó seis novelas policiales en inglés bajo el seudónimo David Serafín,[4] traducidas al español en su mayor parte por el escritor Antonio-Prometeo Moya y publicadas por Grijalbo.
Mantuvo una agría polémica con el hispanista norteamericano Charles Faulhaber, en relación con el testimonio autógrafo de La Celestina, que se conserva en la Biblioteca Real.