Íñigo Manrique de Lara

Fue obispo de Oviedo entre 1444 y 1457, donde aparece confirmando las antiguas libertades otorgadas por los reyes a la iglesia de Oviedo en 1456, cuando las sancionó el rey don Enrique IV.

El papa Calixto III estableció el jubileo de la Santa Cruz durante su pontificado ovetense.

[1]​ También fue obispo de Coria hasta 1475, obispo de Jaén hasta 1483 y finalmente arzobispo de Sevilla hasta su muerte.

Entre 1479 y 1484 desempeñó también la presidencia del Consejo de Castilla.

Aparece en las crónicas como un clérigo virtuoso, en contraste con otros altos cargos eclesiales de la época.