La cabeza, pescuezo, alas, rabadilla y cola son anaranjado rufo («henna»); por arriba es oliva parduzco.
Hasta en áreas protegidas (como la Reserva Jorupe) el tránsito en rutas puede causar perturbación a nidos activos.
[4] Es más oído que visto, vocalizando especialmente durante la estación reproductiva de enero a mayo.
El canto es distintivo, oído a la distancia, un chirrido staccato «cri-cruh-cruh-cruh-cruh-cruh-cruh-curr», con una extraña calidad metálica.
[11] La subespecie palamblae, conocida por unos pocos especímenes, puede no ser diagnosticable a través de un análisis cuantitativo.
[4] Según las clasificaciones del Congreso Ornitológico Internacional (IOC)[12] y Clements Checklist v.2018,[13] se reconocen dos subespecies, con su correspondiente distribución geográfica:[4]