A su regreso, todos fueron objeto de la ira del rey Eduardo I por deserción, pero fueron finalmente perdonados.
Es probable que el Príncipe Eduardo, futuro rey de Inglaterra les hubiera permitido partir.
Coincidió también con el joven Robert Bruce, futuro rey de Escocia, durante sus primeras actuaciones en aquel país.
Durante el segundo día, Gloucester murió al comienzo de la batalla.
Sin embargo, el antiguo gobernador inglés se había pasado al bando escocés en cuanto conoció la victoria de Bruce e hizo prisioneros a todos aquellos que se habían acogido a su protección.
Humphrey fue rescatado por su cuñado Eduardo II a instancias de su esposa Elizabeth.
Humphrey fue intercambiado por la esposa y la hija de Bruce, dos obispos, la condesa de Buchan que había permanecido varios años en una jaula fuera del castillo, y otros importantes presos escoceses.
Sin embargo, Despenser el joven juzgó y ejecutó por su cuenta al galés, lo que los barones interpretaron como un símbolo de tiranía.
Hasta la muerte del conde, los varones de la familia, y posiblemente las hembras, se educaron bajo la tutela de un Maestro Griego Siciliano, "Digines" (Diógenes), que pudo haber sido tutor del propio conde.