Hospital San Juan de Dios (Guatemala)

[8]​ En cuanto a suntuosidad, le seguían las iglesias de las órdenes religiosas de los dominicos, franciscanos, mercedarios y recoletos,[8]​ demostrando el poder económico y político que el clero regular tenía en ese entonces.

[9]​ En estos templos todas las paredes estaban cubiertas de retablos tallados y dorados, espejos y pinturas ricamente guarnecidas e imágenes religiosas talladas esmeradamente;[8]​ en el techo había tejas de madera dorada o esmaltada que cubrían los cruceros y bóvedas principales.

[18]​ En agosto de 1785 solicitó al gobierno que adquiriera el instrumental del doctor Alonso de Carriola, quien se había retirado para entrar a un monasterio; cuando Carriola se enteró de la solicitud se negó rotundamente a cobrar por los instrumentos y los donó íntegramente al hospital.

[18]​ En cuanto a las antiguas instalaciones en Santiago de los Caballeros, las mismas quedaron abandonadas hasta que en julio de 1815 un músico llamado Vicente Sáenz solicitó que se le vendieran ya que el local se encontraba en total abandono y le convenía más a la orden hsopitalaria venderlo para obtener algunas rentas.

Los primeros profesionales de la medicina en atender en la nueva Capital fueron Toribio Carvajal, cirujano, y Mariano Rodríguez del Valle; este último llegó a ser sustituido por el doctor José Felipe Flores.

[31]​ El mobiliario de las habitaciones era sencillo pero funcional; estaba formado por materiales fácilmente esterilizables que podían incluso hornearse si era necesario.

[32]​ Completaban los servicios al paciente una mesa de noche y una silla aséptica en caso de que el paciente no pudiera ir al baño por sus propios medios.

[23]​ Finalmente, el hospital contaba con su propia iglesia y cada sala tenía un altar para los enfermos; también estaba equipado con su propia cocina, panadería, molienda, jabonería, carpintería, herrería, lavandería, colchonería y costurería.

[23]​ A principios del siglo xx asistían diariamente un promedio de quinientos pacientes, y el hospital tenía capacidad para alojar cómodamente a seiscientos cincuenta; de acuerdo a los registros disponibles en esa ápoca, el Hospital General había atendido a doscientos ochenta y seis mil pacientes en los últimos cincuenta años del siglo xix de los cuales fueron curados doscientos sesenta y cuatro mil, y veintidós mil fallecieron, recibiendo sepultura en el cementerio anexo.

En 1981 el Hospital se trasladó a las modernas instalaciones construidas por el gobierno del general Fernando Romeo Lucas García.

Esta situación colocó al hospital en una posición muy difícil porque sus proveedores no están dispuestos a entregar los insumos indispensables para la atención de los pacientes hasta que no se les cancelen sus pagos.

[38]​ En el departamento de hombres, los pensionistas había ocho cuartos completamente separados, con patios y jardines, mientras que en el de dementes pacíficos había seis dormitorios, un comedor, tres salones de recreo y treinta y ocho cuartos, que albergaban a por lo menos cincuenta pacientes.

Los pacientes furiosos se encontraban en dos piezas guarnecidas por una sólida reja de hierro en el segundo nivel del edificio.

[38]​ En 1923 se nombró director del mismo al médico Carlos Federico Mora, quien cuatro años más tarde rebautiza a la institución como «Asilo de Alienados».

Elena Barrios Aparicio -a la izquierda de la fotografía, junto a su hermana María de la Luz Barrios Aparicio- murió soltera aunque heredó de su madre el título de tercera Marquesa de Vistabella. En honor ella la avenida del Hospital San Juan de Dios en la Ciudad de Guatemala se llamó «Avenida Elena». [ 29 ]
Instalaciones del hospital a principios de 2016.