Se sitúa sobre la Ruta Provincial 37, a pocos km del límite con la Provincia de Santa Cruz.
Unos kilómetros siguiendo la ruta rumbo a Santa Cruz se halla abandonado el puesto policial Holdich que integraba también esta localidad y vigilaba el límite provincial.
Su nacimiento fue el resultado de la desviación del proyecto original que uniría Sarmiento con Comodoro en línea recta.
Esta acción además posibilitó fundar una gama de estaciones y pueblos impensados, entre los que nació Holdich.
[2] Años más tarde ante el estancó del proyecto original de llevarlo a la cordillera a este ferrocarril en 1927, el diputado Guillermo Fonrouge, planteó la unión de esta estación con la estación Las Heras, la cual pertenecía al ferrocarril Patagónico.
[4] En 1932 el poblado entró en decadencia de modo acentuado y la construcción del edificio escolar no registró inscripciones.
Aún para 1951 su población era contada entre las pocas localidades que la línea Comodoro Rivadavia a Colonia Sarmiento recorría.
En este documento se escribió el nombre de la estación-localidad con tinta negrita lo que indicaba alta importancia para el ferrocarril o cantidad poblacional relevante.
Por estos años, el matrimonio Aramburu se convirtieron en los últimos habitantes y guardianes de los edificios históricos.
Además, se mostraron tomas de las instalaciones del ferrocarril conservadas, pero ya con la estación desguazada.
En 1987, la localidad encontró su fin cuando Antonia Aramburu, dueña del comercio conocido como "el boliche de Los Vascos", se trasladó a Comodoro Rivadavia.
Por otro lado, a 5 kilómetros al sur perduró unos años más el destacamento policial hasta el año 1991.
[10] Ante estos hechos vandálicos, los vecinos de Sarmiento, indignados, intentaron organizarse para que se declare patrimonio cultural y monumento histórico al lugar.
Mientras que en Comodoro Rivadavia, el director del museo regional Antonio Garcés, Hugo Pérez Ruiz, comprometió gestiones en idéntico sentido ante la provincia.
Los cuales fueron donados por YPF en pos de que funcionarán oficinas, cocina, comedor y un calabozo.
Los policías tampoco tenían elementos de higiene para los tráileres y hasta pasaban frío.
De este modo, Holdich primero vio muchos días cerrada la subcomisaría, hasta después que fue abandonada.
Las condiciones duras invernales aun son frecuentes con grandes nevadas que paralizan y complican todo movimiento.