Historiografía de la Guerra de los Ochenta Años

[1]​ Los cronistas protestantes holandeses del siglo XVII, como Hooft, Bor, Van Meeteren, Grotius, Aitzema y Baudartius, monopolizaron el relato del conflicto basados en fuentes primarias e informes de primera mano.

[5]​ Este y otros autores italianos como Guido Bentivoglio que abordaron críticamente el conflicto fueron citados por historiadores e intelectuales neerlandeses en apoyo de sus argumentos contra España.

[5]​ Entre 1601 y 1612, Hugo Grotius escribió en latín los Annales et Historiae de rebus Belgicis que comprendía el período 1559-1588.

[6]​ Mientras tanto, la Iglesia Católica, aunque inicialmente aprobó la edición en latín publicada en 1657, la incluyó definitivamente en el Index Librorum Prohibitorum en 1659 por considerar que tenía elementos anticatólicos.

[6]​ Uno de los destacados autores holandeses fue Pieter Corneliszoon Hooft con su Nederlandsche Historien (1642-1647), que abarcaba el periodo 1555-1587.

El historiador H. Smitskamp (1940) juzgó que Groen ponía mucho énfasis en la providencia divina como guía de los acontecimientos históricos.

[20]​ Sus primeras obras mostraban una tendencia antiorangista, mientras que las posteriores tenían un trasfondo más proorangista.

[21]​ El enfoque de Fruin suponía una clara ruptura con otros colegas, como Guillaume Groen van Prinsterer, que promovía un nacionalismo calvinista-orangista.

[1]​ A principios del siglo XX, los historiadores católicos valoraron cada vez más el método histórico-crítico.

[1]​[28]​ C. Holland (2001) consideraba la revuelta holandesa como el germen de las principales revoluciones democráticas habidas en Inglaterra, Estados Unidos y Francia.

Para historiadores como Groenveld (2020), la discrepancia entre los propios contemporáneos acerca de cuándo empezó la confrontación evidenciaría que en ningún momento se había declarado formalmente la "guerra": "El término "Ochenta años" no poseía precisión matemática, sino que era una designación aproximada.

[51]​[nota 5]​ Incluso en pleno conflicto ya había discusiones entre los rebeldes por el motivo de la lucha.

[6]​ Los historiadores del siglo XIX (y algunos de principios del siglo XX como Henri Pirenne) influidos por el nacionalismo, consideraban el conflicto como una confrontación entre dos " naciones " (los holandeses contra los españoles).

Debido a la naturaleza del conflicto, las facciones involucradas y las alianzas cambiantes, los historiadores modernos argumentan que la revuelta holandesa fue también una guerra civil.

Enno van Gelder planteó la hipótesis de que la Revuelta tuvo un carácter políticamente progresista, abriendo el camino "directamente a la monarquía constitucional del siglo XIX", pero la mayoría de los historiadores han rechazado su argumentación.

[1]​ Historiadores posteriores como J. W. Smit y Geoffrey Parker son coincidentes con este último punto de vista.

[60]​ Groenveld (2020) afirmó que el "extraordinario resultado" de la guerra no había sido previsto por nadie al principio.

Felipe II nombró al Duque de Alba como nuevo gobernador en 1567, cuestión que Margarita consideró "una medida desafortunada e innecesaria".

[65]​ Al contrario de lo que han insinuado los historiadores nacionalistas, según Van der Lem, no eran necesariamente "proespañoles" ni "antinacionales".

[65]​ Algunos historiadores sostienen que las reformas fiscales planeadas por Felipe II eran razonables para un gobernante del siglo XVI ante la inestabilidad de los ingresos, gastos elevados y repetidas quiebras financieras en la segunda mitad del siglo XVI.

Tuvo un trato muy duro con los rebeldes[66]​ y fracasó en sus intentos de imponer la reforma fiscal pretendida por Felipe II.

[36]​ Los historiadores de todas las tendencias se han esforzado por buscar una valoración imparcial basada en sus actuaciones y sus logros.

El resultado final no fue ciertamente la "patria" que Guillermo había imaginado, es decir, una monarquía neerlandesa de 17 provincias con una dinastía Valois e igualdad para católicos y protestantes.

Edición en español de 1681 de De Bello Belgico de Famiano Strada
Frontispicio del Nederlandsche Historien Volumen I (1642)
Guillaume Groen van Prinsterer.
Mapa que indica los sucesivos procesos de formación del estado de los Países Bajos durante la Guerra de los Ochenta Años
Margarita de Parma por anónimo (c. 1560)
Estatua de Jan van Nassau ( Utrecht 1883).
Johan van Oldenbarnevelt. Grabado por Nicolas de Larmessin. Isaac Bullart. Académie Des Sciences Et Des Arts. - Amsterdam: Elzevier, 1682.