Historia de la Iglesia católica en Cataluña

Con la invasión musulmana del 711 se produjo una islamización de la sociedad, pero esta tendría una duración muy breve para la conquista carolingia, época donde los obispados catalanes reconquistados pasaron a depender del obispado de Narbona.

El 1200, los nobles occitanos albigenses se declararon vasallos de Pedro I; y este tuvo que hacer frente a la cruzada declarada por el Papa para luchar contra los herejes albigenses, y la derrota catalana en la batalla de Muret comportó que se desvaneciera el sueño catalán de la expansión por la Occitania.

El 1455, el valenciano Alfonso de Borja sería elegido Papa bajo el nombre de Calixto III, el cual nombraría para altos cargos eclesiásticos a varios familiares, haciendo que en Roma se creara una gran animadversión hacia los catalanes.

Con el ascenso de los Reyes Católicos y la unificación bajo una pareja conyugal los reinos hispánicos, debido al origen castellano de Fernando, se produjo una hegemonía castellana a los cargos eclesiásticos catalanes, tanto los obispados como los monasterios ya la Inquisición.

En la primera mitad del siglo XIX se produjo la supresión de las órdenes religiosas (1834) y la desamortización de los bienes eclesiásticos; produciéndose una gran destrucción de los bienes inmuebles seculares y el objetivo inicial no se cumplió, pues las propiedades fueron a parar a la burguesía rica y no a la agricultura.

Majestad Batlló (anónimo, siglo XII ), imagen en madera policromada del siglo XII conservada en el Museo Nacional de Arte de Cataluña .