Esta región era conocida como Bracamoros, por la cultura indígena del mismo nombre que habitaba ahí.
Durante las diferentes incursiones hispánicas a las dos principales cuencas de la provincia, se conoció la abundancia en oro y la belleza natural que asombro tanto quedando en leyendas que hasta ahora se recuerdan de ciudades como Valladolid, personajes como Naya o La Chapetona, minas de Chito, entre otras.
Se supone que las primeras fundaciones se dieron en las expediciones enviadas por Pedro de la Gasca para pacificar al Perú, después de las guerras civiles que azotaban esta nación.
Salinas llegó a tener siete ciudades las cuales fueron destruidas por los levantamientos de los bracamoros.
En el año de 1781 los españoles atraídos por la explotación del oro, hicieron un segundo intento por recolonizar la provincia, pero les fue imposible dominar a los indígenas.
La colonización también ingresó desde la provincia del Azuay hacia el cantón Yacuambi, donde llegaron los Saraguros y unos pocos mestizos.