Lo cierto es que los griegos utilizaron la palabra "Gimnesias" para referirse a las islas de Menorca y Mallorca.
Este pueblo construía sus viviendas y murallas con grandes piedras sin cimentación, siendo su construcción más característica los talayots todavía existentes, de carácter megalítico.
La cultura talayótica no desaparecería del todo hasta la conquista romana y el posterior proceso de aculturación.
Estos autores consideran que las primeras manifestaciones talayóticas se producen hacia el 1000/900 a. C., es decir, de forma contemporánea a los últimos navetiformes.
Otros yacimientos como Cornia Nou, no formando parte de la Red Monumental, también se encuentran abiertos al público.
La cultura talayótica no desaparecería del todo hasta la conquista romana y el posterior proceso de aculturación.
Plantalamor divide la cultura talayótica en cuatro grandes períodos culturales, basados principalmente en la división tipológica de los monumentos observados.
Estos autores consideran que las primeras manifestaciones talayóticas se producen hacia el 1000 a. C., es decir, de forma contemporánea a los últimos naviformes pretalayóticos.
Esta historia de enfrentamientos habría creado el pueblo belicoso, muy hábil con la honda del que nos hablan las fuentes escritas griegas y romanas.
Las piedras utilizadas tanto por las murallas como para las torres eran de un considerable tamaño y su instalación debió exigir grandes esfuerzos.
En el centro de esta estructura se yergue una enorme columna monolítica sobre la que reposa un capitel descomunal, con un aspecto similar a una mesa.
La espectacular pericia y valor en combate de estos guerreros isleños, los convirtió en famosos soldados a lo largo del Mediterráneo.
Quinto Cecilio Metelo (que recibiría más tarde el sobrenombre de Balearicus), conquistó a la isla para la república romana en el año 123 a. C.[22] Argumentando supuestas incursiones piratas con base en las islas, y con la verdadera finalidad de establecer una cuña al comercio fenicio, Roma decidió apoderarse del archipiélago.
La influencia del imperio carolingio en las Islas Baleares se encuentra testimoniada en varios textos y crónicas francas.
Precisamente en la biografía hace una referencia genérica en las Islas afirmando que: “Balearico mari miscetur” (mezcló el mar Balear).
[40] Las incursiones normandas en las Islas Baleares se produjeron a lo largo del siglo IX por la movilización hacia el Mediterráneo en busca de fortuna.
Según el historiador Pere Xamena Fiol, una escuadra de normandos que atacaron las Baleares, llegaron a despoblarla por completo (859).
En 1113 la taifa mallorquina es conquistada en la cruzada pisano-catalana que tenía por objetivo poner fin a la piratería y probablemente pretendía ser también una expedición de castigo.
Esta expedición llegó a Mallorca e Ibiza, pero no habría en ningún caso un dominio efectivo de las islas.
Posteriormente el dominio almorávide decae y se forma una segunda taifa mallorquina que consigue un gran esplendor con la dinastía de los Banu Ghaniya.
Esta dinastía almorávide se enfrentó a los almohades, siendo el último reino de taifas conquistado por estos.
En 1115 una escuadra pisano-catalana atacó Mallorca en una expedición de castigo en represalia por las actividades piratas que se realizaban desde la isla.
Desde la Baja Edad Media los chuetas habían sido discriminados y obligados a convertirse, viviendo como criptojudíos.
Esto se potenció enormemente debido a los cambios sufridos en la economía romana durante la época de expansión, en especial en el sector agrario, donde se multiplicaron las grandes propiedades, especialmente en las nuevas provincias y colonias de la República primero y del Imperio después.
Además, los ingleses suprimen la Inquisición y dejan su huella arquitectónica en las casas señoriales del campo menorquín.
Esto redundó en el florecimiento de la literatura en catalán en la isla con figuras como Joan Ramis i Ramis o Antoni Febrer i Cardona hasta tal punto que algunos estudiosos han llamado al último tercio del siglo XVIII el "periodo menorquín de la literatura catalana".
A mediados de agosto los republicanos lanzaron desde la península una operación anfibia para intentar recuperar el archipiélago.
Sin embargo, la desorganización de las fuerzas republicanas, mandadas por el capitán Alberto Bayo, paralizan cualquier avance posterior.
[61][62] Eso coincidió con la llegada de efectivos italianos al mando del jerarca fascista Arconovaldo Bonaccorsi (conocido como el "Conde Rossi").
Poco después serían reconquistados el resto de islas, excepto Menorca, que permanecería bajo control republicano hasta 1939.