Historia ambiental

La historia ambiental es una disciplina historiográfica que estudia las interacciones entre los humanos y el ambiente desde una perspectiva histórica.

[1]​[2]​ La disciplina utiliza diferentes marcos teóricos, como las teorías provenientes del marxismo, el anarquismo y el liberalismo, entre otras.

La tercera vertiente analiza los cambios políticos e institucionales en relación con diferentes formas de considerar el ambiente, incluyendo su protección y conservación.

[10]​ Sin embargo, el interés en fundar una disciplina propia que estudiara las relaciones entre los humanos y el ambiente a través del tiempo no se produjo sino hasta más adelante, alrededor de la década de los '70s.

En este momento se consolida la ecología como campo científico, surgen los movimientos ecologistas y se introduce el concepto de ecosistema, lo que produjo un interés renovado en una nueva disciplina, denominada «historia ambiental».

En 1967, Roderick Nash publicó su libro Wilderness and the American Mind, una obra que se ha convertido en un texto clásico de la historia ambiental temprana.

Guardando algunas similitudes, Worster divide a la historia ambiental en tres grandes líneas de trabajo que se enfocan en las características de los ambientes naturales en épocas pasadas, en la relación entre los cambios ambientales y las tecnologías de producción y, por último, en las percepciones, ideologías, éticas, leyes y mitos que la sociedad construye para referirse a la naturaleza.

[17]​ Según esta perspectiva, la historia ambiental utiliza un enfoque metodológico que analiza las diferentes formas en que las sociedades humanas establecen su relación con la naturaleza, haciendo uso intensivo de ciertos recursos naturales y dejando otros sin explotar, según sus modos de organización económica, política y cultural.

En la actualidad, existen diferentes asociaciones y proyectos abocados al campo de la historia ambiental, incluyendo publicaciones científicas.

William Cronon utiliza la pintura Expulsión del Jardín del Edén (1828) de Thomas Cole (1801-1848) para ilustrar el cambio en las percepciones sobre la naturaleza salvaje y el paisaje modificado en los Estados Unidos. En el cuadro, el Jardín del Edén es representado como una naturaleza ordenada y controlada, mientras que el mundo exterior es representado como oscuro y caótico. Con el correr de las décadas, la naturaleza salvaje pasaría a ser descripta como «sublime» y «edénica», en contraste con las representaciones al estilo de Cole, como la que se puede observar en este cuadro. [ 9 ]