El sacerdote le comenta su proyecto de fundación y ella se decide a ayudarle.En ella realizaban talleres de costura y bordado para mantener entretenidas a las jóvenes que buscaban acogida en su hogar.[3] En 1886 se trasladaron a la calle de Ferraz, en una casa un poco más amplia, pero allí permanecieron solo hasta 1889, cuando compraron para sí una casa en la calle del Marqués de Urquijo, donde desde entonces funciona la curia general de la congregación y desde donde salen las religiosas para las nuevas fundaciones que significaron la extensión del instituto.Los talleres y los internados fueron disminuyendo de tal manera que las religiosas han tenido que replantear su misión en la Iglesia del post-concilio Vaticano II, abriéndose especialmente a la educación de las jóvenes en escuelas, más tarde abiertas también para los varones.El carisma y la misión de ambas congregaciones eran afines, cosa propicia para la unión.[10] Las hermanas trinitarias de Madrid contaban unas 165 religiosas, repartidas en 28 casas,[1] presentes en siete países: España, Italia, México, Guatemala, Argentina, Uruguay e India.