Aun así Mariana, ya desde muy pequeña, siente el llamado a hacer obras de caridad por los más necesitados y era aficionada a leer libros de piedad.
Lo que dejó en ella el deseo de una consagración más profunda a Dios.
[3] La misión primordial del nuevo instituto religioso, y a la cual Mariana se entregó por completo, fue la defensa de las mujeres objeto de las redes de prostitución, ayudándolas a escapar y acogiéndolas en sus propias casas, en las cuales mantenían siempre las puertas abiertas, de tal modo que la que quisiera buscar refugio en ellas no encontraran obstáculo alguno.
Pronto, por la gran cantidad de interesadas, la casa se les quedó pequeña.
[7] El proceso diocesano de beatificación se abrió en 1998, clausurándose en el año 2000.