[1] De pequeño sintió atracción por la mecánica y por la vida religiosa.
[2] A los 18 años abandona la carrera de ingeniero, según él, para reemplazar a un amigo que se había salido de la carrera sacerdotal:
Más adelante será nombrado como canónigo de la Catedral.
Como cristiano, especialmente como sacerdote, vivió un diálogo interior basado en una relación de amor profundo hacia Jesús de Nazareth y su mayor deseo era que todos, en especial aquellos que, según él, más lo necesitaban pudieran entablar una vida íntima con él.
Por problemas con los vecinos, la casa tuvo que trasladarse en dos ocasiones, primero a la Cuesta de Areneros y finalmente a la calle del Marqués de Urquijo.
La rama masculina, fundada por Méndez, no sobrevivió a la muerte del fundador, y las religiosas trinitarias tomaron la obra de Porta Caeli como propia.