Ese año fundó el Beaterío de la Santísima Trinidad en unas casas cedidas por el convento en la calle Enladrillada.En 1755 consiguió licencia del virrey Juan Francisco de Güemes y del arzobispo Manuel José Rubio y Salinas para pedir limosnas durante dos años en este territorio.En 1757 se trasladó a Puebla, donde consiguió licencia del obispo para pedir en las puertas de los templos.[2] El canónigo magistral Marcelo Félix Doje costeó el primer patio, tres claustros, clases, el refectorio y oficinas.[2] La viuda del comerciante Simón Sologuren costeó la capilla mayor, la sacristía, el coro de las niñas y un dormitorio.[8] En 1799 Bartolomé Cabello solicitó por escrito al arzobispo cardenal Luis María de Borbón y Vallabriga, infante de España, su protección y patronazgo para esta institución.También le pidió que su hermana, la infanta María Teresa de Borbón y Vallabriga, fuese la directora de un instituto "tan útil a la Religión y al Estado".[8] En la invasión francesa de Sevilla, entre 1810 y 1812, el beaterío pasó por una gran crisis.[10] También contribuyó al beaterío el cardenal arzobispo Francisco Javier Cienfuegos Jovellanos.El día 30 de julio regresaron todas las religiosas y las niñas que se habían marchado.Le sucedió como protector el arzobispo Joaquín Lluch y Garriga, que falleció en septiembre de 1882.[14] Falleció en París en 1898 y, por deseo propio, recibió sepultura en la iglesia del beaterío.[14] Tras esto, quedó como protectora su esposa, Josefa María Menchacatorre y Barandica.[14] Gracias a la donación testamentaria de Francisco Bocanegra, en 1888, se realizaron varias reformas en el inmueble.[14] Salud Buzón, viuda de Daguerre, donó desde 1888 hasta su deceso, en 1899, 2 000 duros.En el siglo XX los principales bienhechores de la institución fueron: Concepción Atienza Benjumea; Santiago Medina y Rojas, marqués de Esquivel; Manuel Ferrand; Florentino Briones y Javier Benjumea.[14] En el siglo XX estuvo regido por la madre superiora y general Cristina del Pilar Ormad Morillas.[15] El Colegio Beaterío de la Santísima Trinidad imparte primaria y secundaria.El carisma y la misión de ambas congregaciones eran afines, cosa propicia para la unión.No obstante, esta fundación fue clausurada a finales del siglo XIX.