[1] La filtración incluye comunicaciones entre el secretario de la Defensa Nacional y el secretario de Marina, información sobre el «Culiacanazo», datos sobre la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador y contratos para la construcción del Tren Maya y el Aeropuerto Internacional de Tulum, ambas obras adjudicadas al Ejército Mexicano.
La información filtrada por la agrupación «guacamaya» contiene datos sobre el «Culiacanazo» que no habían sido publicados, entre ellos que Ovidio estuvo en comunicación con su hermano Ivan Archivaldo Guzmán Salazar, el cual se negó a negociar una tregua con el ejército y amenazó con atacar a las familias de los militares involucrados.
En paralelo a la filtración de documentos, una investigación llevada a cabo por Citizen Lab señaló que el software Pegasus fue utilizado durante el gobierno de López Obrador para espiar al activista de los derechos humanos Raymundo Ramos Vázquez, al periodista Ricardo Raphael y a otro reportero del periódico Animal Político.
Durante la presentación de la denuncia, Ricardo Raphael declaró que la información que le fue extraída mediante espionaje fue compartida con personas ajenas al ejército, mencionando específicamente a la política Isabel Miranda de Wallace.
[11] Amnistía Internacional también repudió la respuesta del mandatario al negar la existencia de operativos de espionaje en su mandato y declaró que: «O el presidente mintió o las fuerzas armadas espían a sus espaldas».
[12] La información filtrada incluye reportes sobre la salud del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador.
El ejército busca manejar parques de atracciones, una aerolínea, museos y hoteles.
[26] Julen Rementería, líder del Partido Acción Nacional en el Senado de México, exhortó al gobierno a priorizar la seguridad cibernética del ejército afirmando: «Olvídese de militarizar e invierta en seguridad y ciberseguridad».