Guillén de Lampart
Decidió abandonar esa actividad y desembarcó en La Coruña cambiando su nombre a Guillén Lombardo.En 1642 Lampart urdió un plan que pretendía llevar a cabo al año siguiente en que, falsificando documentos, se haría pasar por hijo natural de Felipe III, con el propósito de usurpar el puesto del virrey para hacerse con el poder para sí mismo .Los tribunales del Santo Oficio lo hallaron culpable de practicar además hechicería y hacer pacto con el Diablo.Al registrar su casa le incautan diversos escritos conservados en un baúl de Michoacán.[2] El escritor e historiador Vicente Riva Palacio publicó la obra Memorias de un impostor.[1] En 1908, Luis González Obregón escribió el libro Don Guillén de Lampart: La Inquisición y la independencia en el siglo XVII.Tres años después, Lizardo publicó la novela Memorias de un Basilisco (Martínez Roca 2020) donde expone su propia hipótesis sobre el personaje.Según Ramón Alvarado, con esta novela Lizardo "logra dar voz a Guillén Lombardo y a través del cruce de voces e historias queda la tarea al lector de emitir su juicio.