Guerra ruso-bizantina (860)

[5]​ El ataque cogió a los romanos por sorpresa, «como un trueno del cielo», según las palabras de Focio en su famosa oración escrita con ese motivo.El emperador Miguel III se encontraba ausente de la ciudad, al igual que su armada, temida por su habilidad en el uso del letal fuego griego.El ejército imperial (incluyendo las guarniciones habitualmente acuarteladas en las cercanías de la capital) se hallaba luchando contra los Árabes en Asia Menor.Fuentes posteriores atribuyen su retirada al rápido regreso del emperador a la capital.Esta preciosa reliquia bizantina fue depositada simbólicamente en el mar y un gran viento se levantó inmediatamente, haciendo naufragar los barcos Rus.[1]​ La piadosa leyenda fue transcrita por Jorge el Monje, cuyo manuscrito fue una fuente importante para la Crónica de Néstor.[7]​ Los autores de la crónica kievana incluyen los nombres de Askold y Dir al relato, considerando que estos dos varegos gobernaban Kiev en 866, fecha atribuida a la primera expedición Rus contra la capital bizantina en algunas fuentes.Nadie advirtió que la historia mostraba paralelos con la secuencia de acontecimientos descrita por Nestor.[9]​ La Crónica Veneciana de Juan el Diácono nos dice que las Normanorum gentes, tras devastar el suburbanum de Constantinopla, volvieron triunfantes a sus tierras("et sic praedicta gens cum triumpho ad propriam regressa est").
Constantinopla durante el Imperio Bizantino.
La Blachernitissa : el icono ante el que Miguel III pudo haber rezado al Theotokos pidiendo la liberación de Constantinopla.
Fresco de 1644 representando a Miguel III y Focio colocando el velo del Theotokos en el mar ( Iglesia del Velo , Kremlin de Moscú ).