Para el Imperio Otomano, este fue también el primer esfuerzo de guerra en el que se puso a prueba el personal militar reorganizado.
[8] En 1880 llegó al país la primera misión militar alemana, solicitada por el sultán Abdul Hamid II.
[8] Este remozamiento del Ejército permitió al imperio vencer en la corta guerra con Grecia en 1897.
[4] El 5 de abril del mismo año, tras verse obligada a replegarse de la isla por la presión internacional, Grecia intentó anexionarse Epiro y Macedonia, también bajo soberanía otomana.
El 15 de mayo, el ejército griego se retiró tras sufrir cuantiosas pérdidas.
La retirada se había producido tras escasos combates, pocas bajas, pero gracias a un mando en general incompetente que dejó que la débil infantería se deshiciese casi antes de alcanzar Farsalia.
[10] La disciplina de las tropas se había mostrado mala, produciéndose saqueos durante la retirada y los servicios a las tropas, tanto sanitarios como de transporte o abastecimiento, deficientes.
Las potencias instituyeron una comisión financiera internacional, que debía supervisar la economía griega, caótica.
[9] A pesar de la total derrota militar, las potencias convencieron al gobierno de Constantinopla para conceder la autonomía a Creta y acordaron mantener un destacamento militar mixto para mantener la paz en la isla.
[8] El sultán consideraba que el Imperio alemán era la única gran potencia favorable al Estado otomano.