[1] Los choques se saldaron con más de trescientos muertos y ochocientos heridos.
[3] El canciller mantuvo en vano nuevas conversaciones con los dirigentes socialistas, en las que no se llegó a ningún acuerdo entre las dos partes.
[6] El 31 de enero, Fey expulsó a los representantes socialistas del Parlamento regional en Innsbruck.
[6] La resistencia socialista al acoso gubernamental fue mínima: aunque existían planes para defender las sedes del partido y los diarios, la dirección de la organización se hallaba dividida y deseaba en general evitar un choque armado con el Gobierno.
[7] En una reunión crucial el 8 de febrero, se aprobó no oponer resistencia a las acciones gubernamentales para evitar un enfrentamiento y posponer nuevas medidas hasta una nueva reunión, que debía tener lugar el día 12.
[14] Bauer y Deustch se instalaron en el Georg-Washington-Hof, convertido en cuartel general socialista.
[14] En realidad y como sabía el Gobierno, los socialistas solamente estaban dispuestos a oponerse a las acciones del Gobierno por la fuerza en defensa de ciertas libertades constitucionales y su armamento provenía principalmente del antiguo ejército austrohúngaro.
[20] Los primeros choques se produjeron en Simmering, donde las fuerzas de la Liga asaltaron una comisaría hacia las 11:10 a. m. y una hora más tarde controlaban el tráfico ferroviario del barrio.
[21] Aunque los principales combates se libraron en Döbling y Floridsdorf, fue en estos barrios donde comenzaron más tarde.
[25] A las 10:15 a. m. del día 13, unidades militares comenzaron el asalto al complejo residencial de Schlingerhof.
[25] Al día siguiente, los socialistas repelieron un asalto gubernamental, mientras resistían el bombardeo de los militares.
[25] El cañoneo continuó durante la noche y alrededor de las ocho de la mañana del día 14, en presencia del vicecanciller Fey, las tropas asaltaron y tomaron el edificio, que los defensores habían abandonado.
[26] La retomaron poco después, tras recibir refuerzos, pero no lograron tomar el Karl-Marx-Hof.
[27] Aun así, no se emprendió un nuevo asalto hasta el día siguiente.
[28] La noche del 14 al 15 de febrero la lucha casi había cesado completamente en la capital.
Estos ofrecieron resistencia y ello dio marcó el inicio de un conflicto que se extendió al resto del país.
La lucha también se extendió a otras ciudades como Steyr, Sankt Pölten, Weiz, Eggenberg, Kapfenberg, Bruck an der Mur o Graz.
Tras haberse asegurado su posición, el canciller Dollfuß ordenó al Ejército que bombardeara las posiciones en torno al Karl-Marx-Hof, lo que provocó numerosos muertos entre los resistentes e importantes daños materiales.
[29] También se afirmó que, una vez vencidos, los socialistas envenenarían el agua de la ciudad.
[40] En la localidad estiria de Bruck an der Mur, Kolloman Wallisch, veterano dirigente que había participado en la corta República Soviética Húngara, tomó el mando una vez fallecido el mando local de la Schutzbund durante los primeros combates con la gendarmería la mañana del día 12.
[43] Tras distintas peripecias, Wallisch, que finalmente había huido hacia Yugoslavia con su esposa en automóvil tras desbandarse su grupo por el mal tiempo, fue denunciado por un maquinista deseoso de embolsarse la recompensa por captura.
[45] Al igual que en Bruck, la huelga general fracasó en Graz, donde solo unas cuantas fábricas aisladas se sumaron a ella.
[45] Los combates estallaron la tarde del día 12 y pronto los obreros quedaron limitados a la zona industrial de la ciudad, mientras que las autoridades aseguraban los principales edificios y repelían un ataque a la estación de ferrocarril.
[45] Con las comunicaciones ferroviarias en sus manos, las autoridades esperaron la llegada de artillería para aplastar a los rebeldes en sus posiciones.
[47] Los disturbios subsiguientes fueron mínimos y las fuerzas del orden no tuvieron problema alguno en controlarlos.
[34] Lo mismo sucedió en Vorarlberg, donde la dirección provincial condenó duramente la lucha y no hubo disturbios.
[48] La represión también suscitó la marcha al exilio de muchos políticos destacados, como el dirigente socialdemócrata Otto Bauer.
[50] Poco tiempo después, en ese mismo año Dollfuss estableció una dictadura basada en los principios del que luego se conocería como "Austrofascismo" y dominada por el Frente Patriótico, marcando así el final del sistema democrático austríaco.
[51] La única gran potencia europea que se regocijó con el aplastamiento de la oposición socialista fue Italia.
[52] Pocas semanas más tarde, Reino de Hungría y Austria firmaban junto a Italia los Protocolos de Roma, consecuencia del interés italiano por estrechar las relaciones económicas entre las tres naciones.