Guerra numantina

Se conoce como guerra numantina (de Bellum Numantinum en la Historia romana de Apiano) al último conflicto que tuvo lugar en Hispania entre la República romana y las tribus celtíberas que habitaban las inmediaciones del Ebro.

Pueblos como los arévacos, vacceos, tittos, bellos o lusitanos opusieron una heroica resistencia en una fase intermedia de la conquista.

Tras su derrota, Fulvio Nobilior empezó entonces el asedio a la ciudad, para lo que levantó un campamento.

La ruptura del pacto enfadó enormemente a Roma, que consideró que la osadía de este pequeño reducto en los límites occidentales de la República no podía ni debía ser tolerada porque ponía en entredicho el prestigio militar romano.

[4]​ Nuevamente, las tropas romanas, ahora con Mancino, fueron rodeadas y su líder obligado a aceptar el tratado de paz, ahora en peores condiciones para los intereses romanos, y que podría haber sido mucho peor de no estar presente su cuestor Tiberio Graco.

El Senado tampoco ratificó este tratado, quien expulsó violentamente a Mancino repudiado por la infame derrota moral ante los "bárbaros" celtíberos, siendo castigado y devuelto a Hispania para ser ofrecido ante los numantinos como prisionero, oferta que estos rechazaron dejando al excónsul fuera de las murallas.

Fue humillado por los propios romanos ante las murallas numantinas siendo ofrecido a los numantinos para que hicieran con él lo que quisieran: lo dejaron desnudo con las manos atadas a la espalda, en una ceremonia increíble teniendo en cuenta la enorme desigualdad de fuerzas entre ambos ejércitos.

La suerte corrida por Mancino hizo que tres cónsules romanos, Marco Emilio Lépido Porcina (cos.

[5]​ Escipión comenzó por someter al ejército allí desplegado a un durísimo entrenamiento.

Expulsó a los criados, vendió carros, equipajes y acémilas, conservando solo lo necesario.

Aunque desgastados por el paso de los años, aún hoy es posible distinguir restos de aquellos campamentos romanos, llamados en la actualidad como Castillejo, Travesadas, Valdevortón, Peñarredonda, La Rasa, Dehesillas y Alto Real.

Este marchó sobre la ciudad y apresó a 400 hombres jóvenes, a los que mandó cortar la mano derecha impidiéndoles así levantar su espada contra Roma y morir en combate de forma honrosa.

Más tarde se le dio muerte y fue dejado frente a las murallas de la ciudad numantina.

[12]​[13]​ Tras quince meses de asedio, atacada por la peste y hambruna, la ciudad se rindió finalmente en el verano del 133 a. C. Sus habitantes, sin embargo, prefirieron el suicidio a entregarse, incendiando la ciudad y las casas para que no cayeran en manos de los romanos.

Fases de la invasión romana de Hispania, con la campaña de invasión de Numancia.
Conquista hasta el 210 a. C. Hasta Octavio Augusto Campaña de Agrippa
Guerra numantina
Ruinas actuales de Numancia.