Guerra civil española en la provincia de Valladolid
Valladolid se convirtió en la primera gran ciudad peninsular en la que triunfó la sublevación.La división estaba mandada por el general Nicolás Molero Lobo, que había sido ministro de la Guerra en 1935 con Portela Valladares, y tenía sus fuerzas acantonadas en Valladolid, Segovia, Ávila, Medina del Campo, Salamanca, Zamora, Plasencia y Cáceres.Le sustituyó en la junta clandestina el comandante de artillería Gabriel Moyano Balbuena.Precisamente entre los guardias de Asalto era dónde el ánimo antigubernamental estaba más exaltado, debido a que muchos de ellos eran falangistas (lo cual en cierta manera era sorprendente porque fue un cuerpo que en general destacó por su obediencia al gobierno).Sin embargo, el mayor peligro iba a venir, en principio, del Cuerpo de Seguridad y Asalto.[1] En la noche del 17 al 18 grupos de jóvenes socialistas y cenetistas recorrieron la ciudad vigilando los cuarteles.Pero los guardias, que eran mayoritariamente partidarios del golpe militar, no encontraron nada extraño.Poco después la Guardia Civil se sublevó también, desde el momento en que el segundo jefe de la comandancia, comandante Mariano Salinas Bellver, detuvo al teniente coronel Ruiz Guerra, opuesto al alzamiento.Por su parte, el general Ponte se dirigió al gobierno civil y se hizo cargo del mismo, proclamando el estado de guerra a las dos de la mañana del día 19.El grueso de la resistencia al golpe lo protagonizaron los obreros del ferrocarril.También fueron muy activos contra el alzamiento los tipógrafos del Sindicato Único de Artes Gráficas (CNT).Durante varios días se mantuvieron los tiroteos entre fuerzas sublevadas y piquetes de izquierdas, sobre todo en los barrios periféricos.Entre los sublevados hubo ocho muertos entre los días 18 y 19, según reconoció la prensa local.Los paqueos desde los tejados e incluso desde automóviles en marcha se sucedieron durante una semana larga.[16] Desde el gobierno civil y la División se alertó a todas las unidades de la Guardia Civil para que detuvieran a los “extremistas”, al tiempo que grupos de falangistas salían en todas direcciones para controlar la provincia.Onésimo Redondo y los falangistas vallisoletanos que habían sido detenidos semanas antes y trasladados a la cárcel de Ávila, se presentaron en Valladolid en cuanto el triunfo del golpe en esa ciudad les permitió recuperar la libertad.Una parte considerable de estos jóvenes vallisoletanos falangistas moriría las semanas siguientes luchando en el Alto del León.De hecho cuando se creó el Gobierno General tuvo la sede en Valladolid.Durante la guerra y también una vez finalizada esta, la represión franquista fue especialmente intensa.Arrojaba la cifra de diez ataques, 183 muertos y 861 heridos distribuidos del siguiente modo:[33]
Mapa general del desarrollo de la
guerra civil
entre 1936 y 1939. La provincia de Valladolid quedó desde el primer día en la
Zona sublevada
(
bando sublevado
). La provincia quedó rápidamente en el interior de la zona sublevada, por lo que no perteneció al frente de guerra, aunque sufrió las consecuencias de la
represión franquista
.