De allí marchó a continuar sus estudios en la Universidad de Salamanca, en la que estuvo matriculado al menos desde 1592, ya en el cuarto año, y en la que se graduó como bachiller en 1594.
El lector corriente, pues, desconoció la obra durante 370 años hasta que Hazel Genereux Carrasco hizo la primera edición para Estudios de Hispanófila (University of North Carolina), 1973.
Lo más posible es que, ya que la Biblioteca de Lima fue saqueada por las tropas chilenas en la Guerra del Pacífico (1879-1883) el manuscrito fuera parte del botín de guerra y llegara a ser vendido en Francia.
Después del primer deslumbramiento al llegar a la ciudad y del engaño de que es víctima en el puesto de una frutera, que no quedará sin réplica, comienza a asimilar los prácticos consejos que le da Teodoro, el sacristán, y, aunque vuelve a ser burlado, esta vez por los pupilos alojados en casa de su amo, pone en juego toda su habilidad para sangrar al poco generoso sacristán y vengarse, también de forma desproporcionada.
Se considera que es cronológicamente la tercera de las veinte novelas picarescas españolas.