En su origen, ya desde finales del siglo XIX, funcionó como popular frontón, conocido como Frontón Central,[1] y Gran Kursaal o Kursaal Central (1904), cuando los juegos de pelota compartieron espacio con espectáculos sicalípticos de cupletistas y vedettes como la «Bella Chelito» o «la Fornarina»,[2] y de bailarinas míticas como Mata Hari.
[1] Una nueva reforma del edificio lo convirtió en el Teatro Madrid por un breve periodo, recuperándose como salón cinematográfico y de eventos.
[5] Tuvo su entrada por la calle de Tetuán y se accedía desde un pasillo que tenía un café.
[1] Se convierte entonces en un salón de variedades, siguiendo el modelo parisino del Théâtre des Variétés.
[9] Este autor ofició como celestino en una romántica historia de amor muy comentada en la época.
Ya a finales del año 1933 se cerró unos meses, pero durante la Guerra Civil Española continuó funcionando como cine.